Conducta suicida en población joven. Respuestas a un problema de Salud Pública

En el periodo 2021-2023, los intentos de suicidio en jóvenes en España ascendieron a 4.500 anuales. Las diferencias por sexo son llamativas, tanto en suicidio como en tentativas de suicidio: mientras que en los suicidios la mayor parte son hombres (75%), en los intentos más del 70% son mujeres. Con estos datos como base, la FEPSM y el Instituto de Salud Carlos III organizaron un encuentro el pasado mes de septiembre con el título de “Conducta suicida en población joven. Respuestas a un problema de Salud Pública” y el marco de la Escuela de Salud Pública de Menorca. 

El objetivo del encuentro era identificar la dimensión del problema del suicidio juvenil en España, presentando datos epidemiológicos, resultados de investigación, proyectos de grupos universitarios y actuaciones más relevantes en materia de prevención que, posteriormente, se han plasmado en un documento de conclusiones, con ideas clave como: 

  • Más del 96% de los intentos de suicidio tienen como base un trastorno mental, en la mayoría de los casos un trastorno de personalidad o un trastorno relacionado con la ansiedad.
  • Se ha detectado un inicio más precoz de la enfermedad mental en niños y adolescentes con respecto a generaciones anteriores, lo que lleva a valorar la influencia de las condiciones de vida, de los avances digitales y sus consecuencias, de los riesgos sociales y del pensamiento contemporáneo.
  • El cerebro del niño y del adolescente es inmaduro, con mayor predisposición a lo emocional, lo impulsivo y la ausencia de visión integral. Adicionalmente, tienen aún pocas herramientas para afrontar frustraciones y sucesos negativos.
  • La crianza en los tres primeros años de vida se refuerza como factor
    protector de la salud mental del futuro adulto. Los niños y adolescentes precisan de contextos sociales donde poder construir sentidos de identidad y pertenencia sólidos, así como valores y creencias compartidos.
  • El mundo digital y las redes sociales suponen un riesgo elevado para el desarrollo de los niños y un reto para los adolescentes, los más vulnerables a contenidos y usos. Se recomienda la prohibición total del uso de pantallas en menores de 3 años, la restricción de su uso en niños y el uso racional en jóvenes y adolescentes.
  • España está entre los países en cabeza en Bullying y Ciberbulliyng, grandes factores de riesgo para la ideación suicida.