En torno a 3.400 navarros fueron diagnosticados con depresión en 2020

En Navarra, se atendieron más de 21.538 personas en los dispositivos de la red de salud mental en el año 2020, lo que supone una prevalencia asistida de 32,6 pacientes por mil habitantes. La depresión, englobada en los Trastornos Afectivos, supuso un 15,8% del total de las atenciones con un total de 3.409 pacientes atendidos. “El coste directo para la sociedad navarra del tratamiento no hospitalario de la depresión es de 933€ por paciente y año en los dispositivos de la Red de Salud Mental. Este coste aplicado a 2.664 pacientes en tratamiento supuso un total de 2.284.219€ en 2020. El coste del tratamiento del paciente hospitalizado por depresión es más de 7 veces superior al tratamiento en régimen ambulatorio, alcanzando la cifra de 6.906€ por paciente y año, con un total anual de 842.570€”, asegura el doctor Manuel Cuesta, jefe de Psiquiatría del Complejo Hospitalario de Navarra. Ha sido en el trascurso del Foro Virtual depresión y suicidio en Navarra, un espacio en el que se ha debatido acerca de la situación actual y sobre cómo aborda esta circunstancia en la comunidad foral.

La magnitud del problema de la depresión se refleja en el Libro Blanco “Depresión y suicidio 2020. Documento estratégico para la promoción de la Salud Mental”, un documento que ha sido impulsado por la Sociedad Española de Psiquiatría y la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB), con el apoyo de Janssen. Según la última encuesta nacional de salud llevada a cabo en España por el Instituto Nacional de Estadística en el año 2017, un 6,68% de la población española habría recibido un diagnóstico de depresión por un médico en los últimos 12 meses. “Esto correspondería a que aproximadamente tres millones de personas en nuestro país estarían diagnosticadas de esta enfermedad”, explica este doctor.

En el caso de Navarra, esta comunidad cuenta con una red de salud mental bien desarrollada y con un número adecuado de recursos. “Eso no quiere decir que no haya áreas de mejora. Sería interesante mejorar la coordinación con Atención Primaria y la atención en Psicogeriatría. También es preciso incorporar nuevas realidades, como la atención a los migrantes”, asegura el doctor Manuel Martín Carrasco, director médico de los Centros Hermanas Hospitalarias de Navarra y vicepresidente de SEP.

La depresión es uno de los trastornos mentales más prevalente, grave y, en ocasiones, potencialmente mortal. “En su doble faceta conlleva no solamente un profundo sufrimiento personal, sino que además supone una enorme carga para los familiares y para la sociedad”, asegura el doctor Manuel Cuesta. Conviene recordar que la depresión es un importante factor de riesgo para el suicidio, tanto en su forma de pensamientos, como conductas y suicido consumado. “Dada la estrecha relación una intervención precoz sobre la depresión es una estrategia de prevención para la reducción de los actos suicidas”, asegura este experto.

Muchos países de nuestro entorno han llevado a cabo campañas de concienciación pública sobre las enfermedades mentales, y en muchos casos han establecido programas de acción con adecuada financiación para la prevención de la depresión. “Dichos programas mejoran el conocimiento del público en general sobre el suicidio y la depresión y contribuyen, al menos moderadamente, a una mejor aceptación social de las personas con depresión y otras enfermedades mentales. Y también pueden favorecer que los pacientes se decidan a iniciar la búsqueda de atención o a reducir el comportamiento suicida”, concluye el doctor Cuesta.

 

Suicidio en Navarra

Definir mejor los grupos de riesgo para poder efectuar tareas preventivas es otra de las tareas pendientes, según el doctor Martín Carrasco. “La más importante es la posibilidad de hacer un diagnóstico precoz, que posibilite una intervención temprana. Para ello, es fundamental la coordinación con los agentes sanitarios que detecten el problema”, asegura este experto.

Según las estadísticas que aporta el Observatorio del Suicidio, las tasas de suicidio se han mantenido estables en España en los últimos 20 años, con una tasa aproximada de entre 10 y 13 fallecimientos por cien mil habitantes. Durante 2019 se produjeron 3.671 suicidios lo cual se traduce en 10 suicidios al día en nuestro país, y fueron predominantemente llevados a cabo por hombres (75,5%).

En Navarra, las estadísticas de suicidio -según datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística- se mantienen estables, aunque hay ligeras variaciones en el perfil de las personas. En 2019 se registraron 46 fallecimientos por suicidio, 34 hombres y 12 mujeres, lo que supone una de 7,03 suicidios por cada 100.000 habitantes. “Afortunadamente se están desarrollando numerosas iniciativas para la prevención del suicidio”, asegura Adriana Goñi, responsable del Plan de Prevención del suicidio en la comunidad foral.

De hecho, en Navarra, existen tres planes específicos: el Protocolo de colaboración Interinstitucional de prevención y actuación ante las conductas suicidas de 2014, que establece sistemas de coordinación entre los intervinientes y cuyo fin es la coordinación de los recursos institucionales y civiles para la prevención, intervención y seguimiento; el Plan de Salud Mental de Navarra 2019-2023, que prioriza entre sus objetivos la prevención y la actuación ante la conducta suicida, y el Plan de Actuación a las Conductas Suicidas de 2020 que contempla las siguientes líneas: detección y valoración del riesgo integrado en Historia Clínica, intervención integral desde los diferentes recursos, registro de intentos de suicidio y suicidio consumado y el plan de actuación al superviviente.

Hay evidencia de que el tratamiento de la depresión reduce las tasas de suicidio. El 15% de los pacientes con depresión terminan su vida con el suicidio. “En la evolución de estos pacientes se han identificados tres momentos de mayor riesgo: al inicio del episodio depresivo, al inicio de la mejoría del cuadro clínico, y a los pocos meses de un alta hospitalaria, si la ha habido, cuando a pesar de la mejoría clínica el paciente no es capaz de enfrentarse a su nivel de adaptación previo”, explica el Iñaki Arrizabalaga, gerente de salud mental de Navarra.

Se estima que más del 65% de los suicidios e intentos de suicidio se relacionan con algún grado de depresión. Cerca del 80% de pacientes con depresión en algún momento presentan ideación suicida. Entre el 14% y el 50% de ellos realizan alguna conducta suicida. “La pandemia está suponiendo un reto para la salud mental. Ha generado efectos adversos en la población general pero especialmente en personas con vulnerabilidades específicas, como son las personas con trastornos mentales”, asegura Arrizabalaga.

 

Libro Blanco de la Depresión

“Teniendo en cuenta el número de suicidio en nuestro país – más de 3.500 al año – era necesario realizar una reflexión global sobre el problema, ya que tiene numerosos matices y aspectos a considerar, de ahí la existencia del Libro Blanco”, asegura el doctor Martín Carrasco. La obra, organizada en 20 capítulos en los que han participado una treintena de especialistas, aúna visiones heterogéneas -desde clínicos, pacientes, familiares hasta periodistas – e interdisciplinares, así como centradas en poblaciones concretas de especial vulnerabilidad, entre ellas, víctimas de violencia de género, población LGTBI o personas en riesgo de exclusión social. También hay una referencia específica a la situación creada por la pandemia. “Es un texto imprescindible de consulta para temas relacionados con la depresión y el suicidio”, concluye este experto.